Los niños deben comer de todo para que su crecimiento sea adecuado, sin embargo no siempre es fácil. Conseguir que coman la suficiente cantidad de frutas y verduras que es necesaria para mantener una buena salud es un reto para muchas madres con el que deben enfrentarse a diario.
Numerosos son los estudios que se realizan actualmente sobre la correcta nutrición de los niños, debido sobre todo a que las cifras de obesidad infantil están alcanzando cotas alarmantes, incluso en paises donde la dieta mediterránea ha sido la bandera de la alimentación de la población durante años.
Cuidado con el exceso de proteínas en los niños
Por tanto, no me extrañan los datos que arrojan los estudios sobre la cantidad de proteínas que comen los niños. Según el Estudio Alsalma, desarrollado por Almirón, que ha estudiado los hábitos nutricionales de los niños de entre 0 y 3 años, el 90 por ciento de los niños de 1 a 3 años consume más del doble de las proteínas recomendadas.
Así, la ingesta media de proteínas en niños de entre 1 y 3 años es 4 veces superior a lo recomendado y se debe al consumo de alimentos no adaptados a la edad infantil como la leche de vaca y a una ingesta de carne que sobrepasa las cantidades recomendadas. Este consumo excesivo de proteínas aumenta el riesgo del futuro desarrollo de obesidad o enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión, el infarto de miocardio o el ictus.
El estudio también refleja que el 39 por ciento de los niños de 1 a 2 años y 53 por ciento de los de 2 a 3 años está por debajo de los 500 miligramos diarios del consumo recomendado de leche y derivados lácteos. El aporte de calcio que les proporcionan los lácteos a los niños para su crecimiento es fundamental. Sin embargo, introducir demasiado pronto la leche de vaca en su alimentación puede crear problemas digestivos e impedir una correcta absorción de todos sus nutrientes. Somos los padres quienes debemos estar atentos a la intolerancia de la leche de vaca para, llegado el caso, sustituirla por lácteos más digestivos.
En mi opinión, los niños no son adultos en miniatura, tienen sus necesidades concretas y un organismo en evolución y crecimiento que no poseemos los adultos. Por tanto, cubrir de manera específica sus necesidades nutricionales, en relación a las diferentes edades de su desarrollo es muy importante. Sin embargo, para que todo vaya bien es necesario enseñarles a comer. De nada sirve decirles que tienen que comer verduras, si nosotros no las comemos o ponemos cara rara cuando tenemos que hacerlo. Los hábitos nutricionales de los niños se los debemos inculcar los padres desde que son pequeños.