Cuando nos convertimos en madres, pasamos por una transformación completa, que incluye diversos cambios: en nuestro cuerpo, nuestros intereses, nuestra forma de pensar, nuestra rutina, nuestro estilo de vida, y hasta nuestro cerebro. in duda es un transformación completa
Anteriormente habíamos compartido que el cerebro de la madre cambiaba para cuidar mejor de su hijo, pero un nuevo estudio encontró otra razón por la que esto sucedía: para poder crear un lazo más cercano con el bebé.
Realizado por la Universidad de Toronto y publicado en la revista Child Development, el estudio fue realizado con la participación de 39 mujeres de 22 a 39 años. Se analizó su actividad cerebral a través de electroencefalogramas en dos ocasiones: durante el tercer trimestre de su embarazo y posteriormente entre los tres y cinco meses después de haber tenido a sus bebés.
En ambas ocasiones, se les mostraron 40 imágenes de rostros felices y tristes de bebés y adultos. También en ambas ocasiones, las mujeres debían reportar si presentaban síntomas de ansiedad o depresión, mientras que en la segunda revisión, debían responder acerca de cómo estaban relacionándose ahora con sus bebés.
Teniendo los resultados de las pruebas y encuestas, los investigadores pudieron revisar y determinar los cambios que había en la actividad cerebral de la visita prenatal, a la visita postparto. Las mujeres en general mostraron mayor actividad en la corteza cerebral durante el postparto en el caso de las imágenes de bebés, pero aquellas que mostraron mayor cantidad de actividad cerebral eran las que tenían vínculos más fuertes con sus bebés.
De acuerdo con los investigadores, estos resultados sugieren que la transición del embarazo a la maternidad es un periodo de plasticidad en el área cortical del cerebro, así como de reorganización en la misma, lo que se manifiesta en algunos casos como una mayor atención a sus hijos y mejores vínculos entre madres e hijos.
En un estudio anterior, se había descubierto que la dopamina en el cerebro de las madres recientes ayudaba a crear un lazo más fuerte con sus bebés, pero con este estudio, entendemos que el cerebro de las mujeres en realidad cambia desde el embarazo, para poder facilitar el vínculo entre mamá y bebé.