Es invierno. Hace frío. Decides salir de viaje y sientas a tu hijo en la sillita. La sillita está perfecta. Homologada, del tamaño adecuado. No tienen ninguna duda sobre la seguridad de tu hijo. Sólo te queda abrochar bien el cinturón y listo. Pero... ¿le quitaste el abrigo?
Muchas personas sientan a los niños en su sillita con el abrigo puesto, sin darse cuenta de que este simple gesto puede poner el peligro la vida del pequeño. Te explicamos por qué.
Por qué es tan peligroso sentar al niño con el abrigo puesto en su silita del coche.Tal vez no nos parezca para tanto. Si el niño tiene frío, ¿por qué no sentarle en su sillita con el abrigo puesto? Sin embargo, esta decisión puede ser muy peligrosa para él. El abrigo, ejerce una 'barrera ficticia' entre el niño y el cinturón de seguridad. Apretamos el arnés, pero en realidad lo apretamos sobre el abrigo mullidito, no sobre su cuerpo. En realidad, el abrigo, es mucho más fino de lo que aparenta. Al final es como es una cámara de aire que ante un impacto 'se desinfla'. El resultado: el arnés del pequeño está suelto. Queda espacio suficiente para que el niño salga despedido del vehículo.
Las pruebas realizadas en simulación de un accidente con muñecos que presentan niños sentados con el abrigo puesto, son escalofriantes. A cámara lenta, puede observarse con total nitidez el efecto a sólo 50 kilómetros por hora. El muñeco sale despedido del coche.
Es bastante evidente, ¿verdad? Tal vez nunca nos paramos a pensar en ello, pero basta con que ocurra un a vez para que ya no haya vuelta atrás. Llevar a nuestro hijo sentado en su sillita con el abrigo puesto, aumenta hasta en un 80% la posibilidad de que pueda salir despedido del coche ante una frenada brusca.
¿Cómo saber si el cinturón está bien ajustado?
Los expertos recomiendan esta prueba: si puedes pasar dos o más dedos por debajo del cinturón a la altura del hombro, tu hijo no está seguro.
Evidentemente. todo esto está en consonancia con el grosor del abrigo. Cuanto más mullido sea, más peligroso para el niño. Pero ante cualquier duda... Lo mejor, si el niño tiene frío, tal y como hemos visto, es echarle el abrigo por encima. O una manta. Mucho mejor esto que tentar a la suerte, ¿no crees?