Hace dos semanas entrevistamos a la psicóloga Mónica Serrano sobre la forma de elegir una guardería adecuada para nuestros hijo y, puesto que es un tema que preocupa especialmente a los padres, vamos a profundizar con ella hoy en los aspectos que hay que cuidar para conseguir una buena adaptación a este espacio.
¿Cómo pueden los padres suplir su ausencia cuando han de dejar a su hijo en la guardería?
En realidad, su ausencia no se puede suplir, pero sí puede tratar de compensarse. Tenemos que ser conscientes que los niños pequeños no están preparados para separarse de sus padres durante períodos tan largos como los que nuestra estructura sociolaboral nos implica.
Por ello, es fundamental que el tiempo que padres e hijos pasen juntos cada día sea de calidad. Con esto me refiero a que es importante que seamos flexibles y empáticos, entendiendo que nuestros hijos, que han pasado varias horas separados de nosotros, nos necesitan, y debemos responder a esa necesidad.
¿Puedes darnos más detalles sobre lo que los padres podrían hacer para compensar?
Así, tenemos que priorizar para que, durante el tiempo que pasamos con ellos, estemos emocionalmente disponibles de verdad. Jugar con ellos, tenerlos en brazos, evitar conflictos innecesarios… y, sobre todo, dejar otras tareas que nos distraen para otro momento.
En términos de compensar, el colecho es una forma idónea de “recuperar el tiempo perdido”, pues nos permite pasar tiempo juntos y evita una separación más, la del momento de irse a dormir.
Por su puesto, la lactancia materna nos permite compensar emocionalmente la separación vivida durante el día de una manera muy completa a nivel de contacto y afecto. Mi recomendación, evidentemente, es mantener el amamantamiento (siempre que sea posible) cuando el niño asiste a una guardería.
Por último, ¿qué recomendarías a los padres para facilitar la adaptación de su hijo a la guardería?
En este caso, muchas veces nos vemos limitados por las normas que el centro impone. Obviamente, lo ideal sería poder acompañar a nuestros hijos en el aula durante el período de adaptación. Esta sería la única manera de facilitar la adaptación a bebés. Con niños un poco más mayores, podemos facilitársela, también de otras formas.
Es recomendable que el niño conozca el camino hacia el centro, que haya visto la guardería (aunque sea desde fuera) varias veces con sus padres, que le facilitamos todo la información que podamos sobre ella, en el sentido de haber estado allí o, al menos, en la puerta.
¿Nos das algunas ideas para que el niño se sienta más seguro?
Pues es importante haberle contado cuentos sobre guarderías, sobre lo que allí se hace, qué rutinas van a seguir, para que vaya comprendiendo qué es una guardería, porque en principio, el niño no sabe lo que es.
Podemos buscar dibujos animados en los que los personajes asisten a la guardería y verlo con ellos.
Si conocemos a algún niño que vaya a ir a la misma guardería, podemos tratar de coincidir con él para que tenga algún referente conocido cuando tenga que ir él.
Por otra parte, en este caso puede ser positivo el uso de objetos transicionales. Que lleve a la guardería un objeto que le resulte familiar, que le recuerde a su hogar y a la seguridad del mismo.
Por su puesto, la asistencia a la guardería debe hacerse de manera gradual y progresiva en cuanto al tiempo de estancia. Los primeros días, es muy positivo que el tiempo de estancia del niño en la guardería sea breve y se vaya incrementando progresivamente.
Muy bien, Mónica. ¿Querrías darles algún otro consejo a nuestros lectores?
Sí, Mireia. Me gustaría transmitir a los padres que jamás restrinjan las demostraciones de afecto, el tomar a sus niños en brazos, el acompañarlos hasta que se queden dormidos… con el objetivo de facilitarles la adaptación, pues esto es contraproducente.
Algunos centros recomiendan que se vaya acostumbrando desde casa al niño a no estar en brazos, a dormirse sin apoyo o, incluso, promueven el destete. Sin embargo, esto es completamente negativo, pues genera al niño (y a los padres) un tremendo malestar emocional y una gran sensación de inseguridad que dificulta la adaptación, además de ser completamente desaconsejable para un buen desarrollo emocional.
Y un último consejo: si pueden hacer coincidir sus vacaciones del trabajo con las primeras semanas de asistencia del niño a la guardería, podrán responder mejor a las necesidades emocionales del niño en este período, libres de horarios inflexibles, de estrés y con entera disponibilidad para responder a las necesidades de sus hijos.
Le agradecemos a la psicóloga Mónica Serrano la entrevista que ha concedido a Bebés y más, que esperamos os sirva para poder acompañar lo mejor posible en el inicio de la guardería a vuestros hijos.